1017 - Sueño de opio.

Al escuchar al gato rasguñar la puerta, la abrió para dejarlo pasar; pero cuando miró de nuevo, su gato se había convertido en un gran león dorado como el sol. Cegado por el gran brillo del animal, salió corriendo a la calle para que la oscura noche aliviara sus ojos pero, en cambio, vio aterrado cómo cientos de ojos lo observaban cómo estrellas desde el cielo, así que empezó a correr bajo la noche y a huir de aquellas atemorizantes miradas, siguiendo el misterioso camino amarillo que se formaba debajo de sus pies con cada paso que daba, esquivando y saltando los fetos, calaveras y animales muertos que aparecían súbitamente en su camino; hasta que, de pronto, el camino se desvaneció y, a pesar de haber pegado un gran salto, cayó.

Cayó y pegó un brinco en el sofá en el que se había quedado dormido; despertando sudoroso y ajetreado, tomó la pipa de la que había estado fumando y botó su contenido, prometiéndose no fumar opio más nunca en su vida.

Fin.

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