Al día siguiente le sucedió lo mismo, y al siguiente, y al siguiente.
Preocupado, al siguiente día, el escritor decidió salir para despejar su mente, fue al teatro y caminó por el parque; pero, a pesar de que vio muchas cosas que podrían inspirarlo, cuando regresó a casa y se sentó a escribir. "Nop, nada."
Al día siguiente, el escritor pasó todo el día pensando en algo sobre lo que escribir hasta que, finalmente, se le ocurrió la grandiosa idea de escribir sobre el bloqueo del escritor, sin embargo, cuando se sentó de nuevo frente a la computadora: "Nop, nada."
Fin.
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