- Y recuerden, chichos - dijo el artista hacía sus alumnos - en el teatro, es más fácil interpretar los roles de personas félices, porque el ser humano, así esté triste, está acostumbrado a disimular su tristeza y a aparentar ser feliz para guardar las apariencias, en cambio, interpretar los roles de personas tristes, es más díficil, porque cuando el ser humano se siente feliz, no está acostumbrado a disimularlo, si no que, al contrario, se jacta del sentimiento y le hace saber a todo el mundo sobre ello.
Fin.
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