Y sin poder hacer nada, lo recibía con los brazos abiertos, porque siempre que intentaba esconderme o escaparme, me encontraba y enfandado hacía su visita más prolongada.
Fin.
Comparte este Post:
Comparte este Post:
Pagina Principal . | Politicas de Privacidad . | Sobre 365 Microcuentos . | Preguntas Frecuentes . | Contacto
