Ese día pasó toda la mañana ajetreado, la tarde haciendo diligencias y la noche complicado. Hasta que finalmente pudo regresar a casa y, sin perder un segundo, se lanzó directamente a la cama, MUERTO de sueño y cansancio. Sin embargo, segundos antes de quedarse dormido, recordó la carta que había sacado en la mañana y sonrió levemente.
Fin.