- ¿Amor? ¿Qué haces tan temprano de vuelta? - preguntó al ver a su esposo.
- Me despidieron.
- ¡¿Otra vez?! ¿Qué pasó esta vez?
- Lo mismo de siempre, mi vida, me quedé dormido en el trabajo.
- ¡¿De nuevo?!
- Si.
- ¿Y todo el café que te tomaste antes de ir a trabajar? ¿No funcionó?
- No.
- ¿Y no hablaste con el dueño del rebaño? ¿no intentaste explicarles?
- Si, mi vida, yo les expliqué que es común que los pastores nos quedemos dormidos en nuestro tabajo, porque contar ovejas da sueño y no podemos evitar quedarnos dormidos al hacerlo: pero ellos no entienden, pareciera que nunca hubieran tenido problemas de insomnio.
- Ay que mal, amor, ahora te tocará buscar otro trabajo.
- Si ¡Qué ironía! ¿No? Porque ahora voy a pasar largas noches sin poder dormir por la ansiedad de estar desempleado otra vez, cuando quedarme dormido en el trabajo siempre ha sido la causa de mi despido.
Fin.