Fin.
451 - El Peon.
Creía que hacía lo que quería y que se movía por el tablero a sus anchas, atacando a otros peones y finalmente sacrificando su vida porque era él quien así lo había decidido; y el idiota nunca se dió cuenta de que era mi mano la que lo estuvo moviendo todo este tiempo.
450 - Mientras tanto en Venezuela...
- ¡Rápido chamo, dame el blackberry o te mato!
- To-to-toma, pero p-p-por favor no me ma...
¡PUM!
- To-to-toma, pero p-p-por favor no me ma...
¡PUM!
Fin.
449 - Sentimientos a la hora de la siesta.
- Quiero tomar una siesta y nunca más despertar.
- ¿Por qué?
- Porque tengo sueño ya que a esta hora usualmente tomo mi siesta vespertina.
- No te cuestionaba el motivo de tu siesta, te cuestionaba el motivo por el cual no quisieras despertar nunca más.
- ¡Ahh! Quiero irme a dormir y no despertar jamas porque estoy cansado, estoy cansado de vivir, de luchar, de reir y de llorar, estoy cansado incluso hasta de respirar.
- ¿Por qué?
- Porque tengo sueño ya que a esta hora usualmente tomo mi siesta vespertina.
- No te cuestionaba el motivo de tu siesta, te cuestionaba el motivo por el cual no quisieras despertar nunca más.
- ¡Ahh! Quiero irme a dormir y no despertar jamas porque estoy cansado, estoy cansado de vivir, de luchar, de reir y de llorar, estoy cansado incluso hasta de respirar.
Fin.
448 - Necromancia.
Despues de varios intentos fallidos, finalmente pudo traerla de vuelta; y entre su regocijo de tenerla nuevamente a su lado, la abrazaba y la besaba fuerte y apasionadamente sin importarle lo fetida que estaba su carne ni los gusanos blancos que salían de su boca.
Fin.
447 - Amor en una banca del parque.
- Me gusta venir al parque cuando hay mucha gente...
- Yo odio venir al parque cuando hay mucha gente...
- Escuchar la risa de los niños mientras juegan, ver a las personas hacer ejercicios y trotar frente a mi...
- Los gritos de esos mocosos ruidosos, ver a todas esas personas gordas tratando de perder peso luego de no poder controlar su boca...
- Y lo que más me gusta del parque cuando hay mucha gente es sentarme a tu lado y escucharte mientras te quejas de todo lo que ves.
- Y yo lo que más odio del parque cuando hay mucha gente es que todas esas cosas te distraen cuando te quiero solo para mi.
- Yo odio venir al parque cuando hay mucha gente...
- Escuchar la risa de los niños mientras juegan, ver a las personas hacer ejercicios y trotar frente a mi...
- Los gritos de esos mocosos ruidosos, ver a todas esas personas gordas tratando de perder peso luego de no poder controlar su boca...
- Y lo que más me gusta del parque cuando hay mucha gente es sentarme a tu lado y escucharte mientras te quejas de todo lo que ves.
- Y yo lo que más odio del parque cuando hay mucha gente es que todas esas cosas te distraen cuando te quiero solo para mi.
Fin.
446 - Lo que el agua se llevó.
Al salir de la ducha después de un exhaustivo y largo día de trabajo, sintió su cuerpo fresco y relajado, y su mente clara y despejada.
Fin.
445 - Indicios de una muerte anunciada.
Antes de que el avión despegara, le pareció ver a través de la ventanilla una sombra, alta y delgada, moviendo su huesuda mano en el aire, como si estuviera despidiendose; pero no le dio importancia y se puso a leer para hacer más ameno su vuelo.
Una vez en el aire, tomo un descansó de su libro para volver a mirar por la ventanilla y esta vez le pareció ver que todas las nubes tenian forma de calavera y un poco intrigado volvió a retomar su lectura, para no dejar que pensamientos indeseados invadieran su cabeza.
Al escuchar el anuncio del capitan indicando la pronta llegada a su destino, volvió a mirar por la ventanilla, soltando un suspiro de alivio; pero al ver que su aliento había empañado el vidrio de seguridad y que se podía distinguir una calavera gritando en los restos de su aliento, creyó que todo no era más que un juego de su inaginación y se apresuró a limpiar el vidrio con la manga de su chaqueta trantando de borrar la imagen de su cabeza y al finalizar su faena, dejó el vidrio limpio justo a tiempo para ver a través de la ventanilla como el fuego empezaba arder en el ala tras la gran explosión del motor.
Una vez en el aire, tomo un descansó de su libro para volver a mirar por la ventanilla y esta vez le pareció ver que todas las nubes tenian forma de calavera y un poco intrigado volvió a retomar su lectura, para no dejar que pensamientos indeseados invadieran su cabeza.
Al escuchar el anuncio del capitan indicando la pronta llegada a su destino, volvió a mirar por la ventanilla, soltando un suspiro de alivio; pero al ver que su aliento había empañado el vidrio de seguridad y que se podía distinguir una calavera gritando en los restos de su aliento, creyó que todo no era más que un juego de su inaginación y se apresuró a limpiar el vidrio con la manga de su chaqueta trantando de borrar la imagen de su cabeza y al finalizar su faena, dejó el vidrio limpio justo a tiempo para ver a través de la ventanilla como el fuego empezaba arder en el ala tras la gran explosión del motor.
Fin.
444 - El carnicero.
Caminaba por el pueblo usando su tipicó delantal blanco lleno de manchas de sangre, comentando, con todo el mundo que se cruzara en su camino, lo inseguro que se sentía con el nuevo asesino en serie que acechaba su pequeña comunidad, sin que nadie sospechara de él.
Fin.
443 - Un buen libro.
Rompe las barreras dimensionales y te transporta a un mundo nuevo, haciéndote perder la noción del tiempo y olvidar tus quehaceres, preocupaciones y tristeza, absorbiendo tu mente, alma y cuerpo.
FIN.
442 - A través de la ventana del alma.
Mientras sostenía, firmemente, el revolver apuntando a la cabeza de mi enemigo, pude ver el miedo que sentía en sus ojos, lo que hizo cuestionarme si él, también, podía ver, a través de mis ojos, el miedo que sentía de apretar el gatillo.
Fin.
441 - El apagón.
Sentado en la oscuridad de su estudio, se encontraba el escritor esperando que la electricidad volviera, y que aquel bombillo apagado sobre su cabeza se encendiera para poder terminar de escribir su novela.
Fin.
440 - En la busqueda de la varita magica.
Iba el mago caminando por el bosque encantando, agitando en el aire las ramas secas que le arrancaba a los arboles que se encontraba en su camino.
Fin.
439 - El Cauce.
Sentado junto a su ventana, notó que el rastro que dejaban las gotas de lluvia al estrellarse contra el frio, opaco y humedo vidrio era igual al que dejaban sus lagrimas al deslizarse por sus mejillas.
Fin.
438 - Viaje nocturno.
- Ayer fui a Guiza, qué ciudad tan bonita e interesante: su gente, su cultura, su comida, todo. Me dejó muy impresionado.
- Y las piramides, ¿Las viste?
- No. No me dio tiempo, desperté antes de llegar a verlas.
- Y las piramides, ¿Las viste?
- No. No me dio tiempo, desperté antes de llegar a verlas.
Fin.
437 - El sueño frustrado de tener una gran biblioteca llena de libros.
Encima de la butaca donde se sentaba a leer todas las noches, yacía su Lector de Libros Electrónicos.
Fin.
436 - El secreto.
Después de ayudarlo a enterrar el cuerpo, juraron llevarse el secreto a la tumba y para serciorarse de que cumplieran su palabra, los mató a todos y los enterró junto a su secreto.
Fin.
435 - Y se quedó esperando junto al teléfono.
- ¿Puedo confiar contigo?
- ¡Claro, que puedes confiar conmigo!
- ¡Vale! Dame tu número para llamarte.
- No, mejor dame tú el tuyo y yo te llamo cuando todo esté listo
- Okay, dejame anotartelo...
- No, no te preocupes, dimelo que yo me acuerdo, yo tengo muy buena memoria.
- ¡Claro, que puedes confiar conmigo!
- ¡Vale! Dame tu número para llamarte.
- No, mejor dame tú el tuyo y yo te llamo cuando todo esté listo
- Okay, dejame anotartelo...
- No, no te preocupes, dimelo que yo me acuerdo, yo tengo muy buena memoria.
Fin.
*** Sin Título ***
Despertó con dolores, pensando en la buena suerte que tuvo ese Martes 13.
FIN.
Por Carlos Arturo García.
434 - El chico sexy del traje de baño rojo.
Al verlo, me lancé a la parte honda de la pileta sin saber nadar.
Fin.
433 - Consciente de las consecuencias.
Encendí un cigarrillo mientras esperaba que mi terapeuta llegara al consultorio, y cuando finalmente hizo su aparición, al verme fumando, me lanzó una mirada de desaprobación y me dijo:
- Fumar es una forma de suicidio a largo plazo.
Y yo, contento por el comentario porque nos dirigiría directo al grano, le respondí con una gran sonrisa en mi cara:
- Lo sé, y esa es la razón por la que he venido a verlo.
- Fumar es una forma de suicidio a largo plazo.
Y yo, contento por el comentario porque nos dirigiría directo al grano, le respondí con una gran sonrisa en mi cara:
- Lo sé, y esa es la razón por la que he venido a verlo.
Fin.
432 - Un visitante no deseado.
Podía sentirlo venir a medida que mi corazón empezaba a palpitar más rapidamente de lo acostumbrado y en la forma como toda mi energía abandonaba mi cuerpo mientras mis ojos se llenaban de lagrimas preparandose para su llegada.
Y sin poder hacer nada, lo recibía con los brazos abiertos, porque siempre que intentaba esconderme o escaparme, me encontraba y enfandado hacía su visita más prolongada.
Y sin poder hacer nada, lo recibía con los brazos abiertos, porque siempre que intentaba esconderme o escaparme, me encontraba y enfandado hacía su visita más prolongada.
Fin.
431 - Remordimiento de Conciencia.
Con las 30 monedas de plata que tenía en su bolsillo, compró la soga con la cual se suicidaría para acabar con el remordimiento que sentía por haber vendido a su maestro.
FIN.
429 - El mercadólogo.
Se paró enfrente de una clínica para personas con problemas psicológicos y emocionales con un letrero colgado en su cuello que decía: "Abrazos a $1"
Fin.
428 - El libro de segunda mano.
Tan pronto llegó a mis manos, me pregunté quienes fueron sus antiguos dueños, si les había enseñado algo y como había llegado a parar en una venta de libros usados.
Fin.
427 - Un problema de autoestima.
Volaba tristemente la mariposa monarca, sintiendose fea e inutil, sin saber que sus alas eran hermosas, y que ella, con su gran belleza, alegraba a todas las personas con las que se cruzaba en su camino.
Fin.
426 - El guitarrista.
Tenía cortaduras en las yema de sus dedos de tanto tocar y sin importarle, seguía tocando sin parar.
FIN.
425 - El Hamster.
Encerrado en su jaula, todos los días comía, dormía y corría en su rueda sin nisiquiera preguntarse que se sentiría correr por librenente por la pradera.
FIN.
424 - Llamada de emergencia.
Tan pronto colgó el teléfono, se montó en su moto y condujo a toda velocidad, esquivando todos los autos e irrepestando las luces rojas de los semáforos; si la pizza se enfriaba, no le pagaban.
FIN.
423 - Lenguaje humano.
Al toparme con unos extranjeros en la calle, intentamos entablar conversación y a pesar de que ambos intentamos, no entendimos una palabra de lo que nos decíamos el uno al otro, así que con una sonrisa y un saludo nos despedimos, eso si lo entendimos.
FIN.