Recuerdo como solía recostar mi cabeza contra tu pecho para escuchar los latidos de tu corazón y serciorarme de que eras real, que lo que sentía era real; pero estaba equivocado, ya que ahora, que no estás a mi lado, me siento atrapado en un mundo crudo y real donde aquellos momentos de realidad y felicidad se volvieron irreales y distantes.
FIN.
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