059 - 29 de Febrero.



Cuentan los profetas, que los años que no son bisiestos, si te fijas en las estrellas en el minuto exacto en se acaba febrero y empieza marzo, puedes vivir un día en un mundo maravilloso lleno de criaturas y animales fantásticos que muy pocos han visto.

 FIN.

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058 -Un niño tiene que hacer lo que un niño tiene que hacer.



Y por eso, al cumplir los 10 años, dejó su hogar y emprendió su viaje para convertirse en el mejor.

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057 - James Dean




Desde niño ya era un rebelde sin causa, recuerdo haberlo visto, en el parque de su restaurante favorito, jugando con los zapatos puestos.

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056 - El chico que tenía un mono que lo acicalaba.



La pulga y el piojo por fin se casaron, pero escogieron mal la cabeza que sería su hogar y se los comieron.

 FIN.

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055 - Siempre a la moda.



Se levantó con una sonrisa en la cara, la cual desapareció al verse en el espejo y darse cuenta que no combinaba con las tristeza de sus ojos.

FIN.

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054 - La medalla de Oro.

 

Nunca la llevaba en su pecho porque a pesar de haber entrenado duro para ganársela, no se sentía merecedor de semejante honor. 

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053 - Jardinero de vocación.



A pesar que la princesa estaba en peligro, nuestro héroe no hacía más  que cortar la maleza que rodeaba el castillo de su doncella.

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052 - Hablando del Rey de Roma.


 

Decidió llamar a su bebé Cesar.

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051 - El niño que no sabía nadar.


 

Temeroso de ahogarse, no se metía ni en la piscina de pelotas.

  FIN.

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050 - Cuarenta y nueve y ... Cincuenta.




 -  Listos o no, ¡Allá voy!

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049 - Una dieta bien balanceada.



- Consiste en tomar equitativamente de todos los tipos de sangre todas las noches - dijo Drácula.

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048 - El mundo de la imaginación.



Muy pocos han estado en él, y cuando regresan, al contar sus anécdotas, son considerados locos.

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047 - El pececito que nadaba.

 

Recorrió  los cinco océanos sin caer en las redes pesqueras para acabar en las fauces de quien pensó que lo amaba.

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046 - La Muerte.

 

     
Se toma un café mientras nacemos, lee el diario mientras crecemos, se come una galleta mientras nos graduamos, se emociona cuando nos enamoramos, se aburre cuando nos hundimos en la rutina diaria, se toma otro café cuando nos reproducimos, sus dedos empiezan a tamborilear cuando nos sale la primera arruga y allí es cuando se levanta de su silla y sacude su túnica porque ya en este punto se ha cansado de esperar y al ver que no vamos hacía ella, se dispone a venir por nosotros con paso lento, pero seguro.

FIN.

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045 - El conejo blanco.

 


Sin importarle que le cortaran la cabeza, se tomó unas vacaciones por los jardines floreados.

 FIN.

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044 - Casimiro casi miró.




Y menos mal que no lo hizo, porque se hubiera convertido en una estatua de sal.

FIN.

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043 - Buscaminas.




Mientras unos lo juegan con sus dedos sanos y salvos, otros arriesgan sus piernas sin ni siquiera estar jugando.

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042 - No es más que un Error Gramatical.

 


Se creía que era mejor que los mejores, o sea, el más mejor.

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041 - Las estrellas.




También son conocidas como las pecas de la noche.

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040 - Los cuarenta, arrugas y menopausia.





Todas las mujeres se aterran al llegar a esta edad, 
por qué sus días mozos forman parte de la antigüedad,  
se convierten en cuarentonas y ya no hay vuelta atrás,
 saben que están entrando en la recta final.

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039 - Cuenta regresiva.




Llevaba tanto tiempo esperando, que al darse cuenta que se acercaba la hora, empezó a contar los minutos que le faltaban. 

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038 - Tip, tip, tip, tip...

 


Todas las noches, la gotera no lo dejaba dormir, y entre maldiciones juraba: "Mañana a primera hora la reparo".

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037 - El muertito.

 
  

Se quedó dormido practicando el nuevo truco que había aprendido para sorprender a su amo, y cuando despertó, ya lo habían bombeado por el retrete.

 FIN.

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036 - Del amor al odio hay un paso.


 

Y mientras caminaba, sentía que te amaba, que te odiaba, que te amaba, que te odiaba, que te amaba...

  FIN.

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035 - La Reina Roja.




Se pavoneaba por los jardines reales, supervisando que las rosas fueran rojas  y haciendo chistes malos de los cuales todos sus servidores se  tenían que reír si querían mantener su cabeza.

 FIN.

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034 - El Zurdo.


 

Cansado de su apodo aprendió a escribir con su mano derecha.

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033 - Té en una tarde calurosa.




- ¡Qué calor hace!
- Toma, te invitó un té.
- Pero, el té es una bebida caliente, no me refrescará.
- Sí, es cierto, pero es lo único que tengo para ofrecerte.

FIN.

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032 - El pequeño saltamontes.


 

Saltaba y saltaba por la completamente asfaltada ciudad, mientras se preguntaba el origen de su nombre y su razón de ser.

 FIN.

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