1059 - El reloj biológico.

Sir Helder Amos | jueves, diciembre 29, 2016 |
Un par de días antes de su trigésimo cumpleaños, cuando la alarma de su reloj biológico empezó a sonar fragosamente, llamó a su hermana y se ofreció a cuidar a sus sobrinos esa tarde.

Al regresar a casa, toda despeinada, se lanzó sobre su cama y le dio un fuerte golpe a su reloj para que se callara, susurrando para sí misma "5 años más", antes de quedarse profundamente dormida por lo cansada que estaba.

Fin.

1058 - Venganza navideña.

Sir Helder Amos | lunes, diciembre 26, 2016 |
La mañana del 25 de diciembre, cuando el jefe de la pandilla de niños malos abrió el gran paquete con su nombre que había debajo del árbol de Navidad, se indignó al descubrir que adentro solo había un gran saco lleno de carbón.

Sin embargo, controlando su ira, llamó inmediatamente a sus pandilleros y, al confirmar sus terribles sospechas de que ellos también habían recibido lo mismo, se montó en su triciclo, tras organizar su vendetta, y se encaminó al Polo Norte con su tropel.

- ¡Ese gordinflón nos la va a pagar! ¡No sabe con quién se ha metido! -le anunció a su pandilla, pedaleando enfurecidamente-. ¡Vamos a quemar su casa y su fábrica con el mismo carbón que nos ha traído este año!

Fin.

Un Cuento de Navidad y Otros Microcuentos Decembrinos.

Sir Helder Amos | sábado, diciembre 24, 2016 |

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Hola queridos lectores de 365 Microcuentos, soy Sir Helder Amos, el autor y escritor de su portal preferido de microrrelados, hoy tengo el placer de escribirles estas palabras para desearles muy felices fiestas y, además, darles el regalo de navidad que he preparado para ustedes este año: Un Cuento de Navidad y Otros Microcuentos Decembrinos.

Este cuento de navidad es muy especial para mí porque fue la primera obra que escribí en el 2011 luego de haber empezado 365 Microcuentos y haber emprendido mi camino en la escritura.

En un Cuento de Navidad  narro los sucesos ocurridos la noche del 24 de diciembre de 1903, en la humilde casita de la familia Thompson, que estaba conformada por el Señor y la Señora Thompson y sus tres hijos: Joseph, Stephany y el pequeño Timmy de 8 años, quien padecía de una terrible enfermedad que lo había sentenciado a una silla de ruedas de por vida.

Ese año, la familia Thompson intentó seguir paso a paso la rutina de sus celebraciones navideña, a pesar de los indicios de que la enfermedad del pequeño Timmy empeoraba con cada momento que pasaba, ningún miembro de la familia estaba preparado para lo que sucedería esa noche, porque rompería sus preciadas costumbres de noche buena y que, además, cambiaría sus vida para siempre.

Adicionalmente, pueden encontrar algunos microcuentos decembrinos que he publicado en este portal hace un par de años.

Así que cómo regalo para ustedes, mis queridos y apreciados lectores, les traigo mi primer Cuento de Navidad totalmente gratis por los días de estas festividades, el cual pueden descargar en este enlace y leerlo en su aplicación de Kindle.

Pero, pensando en todos ustedes, para que nadie se quede sin su regalo de navidad que les he traído este año, si no tienen un dispositivo Kindle, los invito a que descarguen gratuitamente la aplicación oficial de Kindle de Amazon (haciendo click en este enlace)  en cualquiera de sus dispositivos móviles, no importa si usan Apple, Android o cualquier otro, porque esa es una de las ventajas que tiene la app de Kindle: que se puede usar en cualquier dispositivo.

Además, si por mala suerte leen este post luego de la promoción gratuita de regalo de navidad, también pueden unirse al programa Amazon Kindle Unlimited  (haciendo click en este enlace) y disfrutar de todos sus beneficios por 30 días, en los cuales podrás descargar  y leer, durante ese periodo, miles de libros gratuitamente incluyendo Un Cuento de Navidad y Otros Microcuentos Decembrinos, sin tener que pagar su precio original de $ 0,99

Así que no me queda más que desearles unas muy felices navidades y que, por supuesto, disfruten y les guste este Cuento de Navidad que les he traído hoy con mucho amor cómo regalo especialmente para ustedes, mis lectores.

Un millón de besos,
Sir Helder Amos


1057 - El milagro de navidad.

Sir Helder Amos | viernes, diciembre 23, 2016 |
Ese año dejó de creer en la navidad, así que botó la caja llena de adornos navideños que había pasado de generación en generación en su familia; de igual manera, rechazó todas las invitaciones a fiestas y cenas navideñas porque, por primera vez en 35 años, había perdido su espíritu navideño.

De tal forma, en la nochebuena, se quedó encerrado en su pequeño departamento, cerró todas las ventanas y puertas con la única llave que tenían para que nadie lo molestara y, después de servirse un vaso de leche y un plato con galletas de chispas de chocolates, trabajó toda la noche hasta quedarse profundamente dormido sobre sus papeles sin ni siquiera tocar su comida.

Al día siguiente, se extrañó mucho al abrir los ojos y notar, inmediatamente, que el vaso de leche y el plato de galletas estaban vacíos. Luego, cuando sintió un delicioso y fresco aroma en su nariz, alzó a vista y, poniéndosele la piel de gallina, descubrió que, en medio de su pequeño departamento, había un gran pino decorado con todos los adornos navideños que había desechado y, debajo, había un gran regalo empacado con un papel rojo brillante y un lazo blanco como la nieve.

Fascinado, tomó el regalo entre sus manos y, con una sonrisa, leyó la pequeña tarjeta que estaba dedicada a: "Mi idiota preferido" (con su nombre entre paréntesis) y firmada por Santa.

Fin.

1056 - El pingüino volador.

Sir Helder Amos | martes, diciembre 20, 2016 |
Después de que surcó las profundas y congeladas aguas del océano antártico; cuando salió a la superficie, y alzó su mirada al brillante cielo azul para tomar un poco de aire, se preguntó cómo hacían el resto de las aves para nadar entre las nubes.

Fin.

1055 - El ciempiés sagrado.

Sir Helder Amos | viernes, diciembre 16, 2016 |
- Tengan cuidado por donde caminan -advirtió el profesor a sus alumnos, mientras los guiaba por el templo milenario-. Estas ruinas están colmadas de ciempiés que eran considerados sagrados por las antiguas civilizaciones que vivían aquí. Así que debemos respetar sus creencias y tener mucho cuidado de no pisar ninguno, porque si les hacemos daño podríamos tener una vida llena de desgracias.

Sin embargo, el niño más inteligente de la clase, mientras se jactaba con sus amigos que él no creía en ninguna de esas historias y creencias divinas, le dio un pisotón a un grotesco ciempiés que yacía en frente de él para demostrarle a sus compañeros lo que decía.

Al ver este gran acto de rebeldía, todos los demás alumnos se sorprendieron tanto que gritaron aterrados y, cuando sus estruendosos gritos resonaron por todo el templo, las paredes empezaron a crujir y a desmoronarse.

- ¡Corran! -gritó el profesor, al notar que era cuestión de segundos antes de que el templo se viniera abajo.

No obstante, a pesar de las rocas que caían del techo, casi todos los alumnos salieron ilesos del templo menos uno, aquel que había pisado el ciempiés se tropezó mientras corría y se torció el tobillo del mismo pie con el que había pisado al insecto. Lo que le enseñó una valiosa lección a sus compañeros aunque, después del accidente, el pequeño rebelde continuara con su vida como si nada y, pensando que todo había sido una casualidad de muy mal gusto, siguiera creyendo ferviente en sus palabras.
Fin.

VIDEO: 10 Microcuentos en 1 Minuto: Compilación de los Microrrelatos 1040 al 1049.

Sir Helder Amos | jueves, diciembre 15, 2016 |

Compilación de 10 Microcuentos en 1 Minutos con fragmentos de los siguientes cuentos:











Les recuerdo que los microrrelatos del video son solo fragmentos de los originales, así que los invito a que lean la versión completa de las microficciones que más les gusten porque podrían sorprenderse con su final o principio. 

Así mismo los invito a que se subscriban en el nuevo canal de youtube de 365 Microcuentos, haciendo click aquí.

También puedes seguir 365 Microcuentos en las redes a través de: 
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Todos los Microcuentos en este video y la página web tiene los derechos reservados por su autor: Sir Helder Amos.


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1054 - El negociante.

Sir Helder Amos | martes, diciembre 13, 2016 |
Bajó al infierno, con los bolsillos vacíos, dispuesto a venderle su alma al diablo para cumplir sus sueños; sin embargo, cuando subió de regreso, volvió con su alma, sus sueños y hasta la mismísima alma del diablo dentro de sus bolsillos.

Fin.

1053 - El niño y la enfermedad.

Sir Helder Amos | domingo, diciembre 11, 2016 |
- ¡No tengo hambre! -chilló el pequeño, apartando su plato lleno de comida a un lado.
- ¡¿Cómo que no vas a comer?! -vociferó su madre-. ¡Tienes que comer! ¡No has comido nada en todo el día!
- Pero no tengo hambre, mamá, no quiero comer -gritó el niño, enfurruñándose.
- ¡Tienes que comer, porque si no te enfermas! -lo amenazó su madre, acercándole el plato.
- ¡Pero, mamá! -protestó el pequeño, apartando el plato-. ¡Ya estoy enfermo!
- Bueno... Eh... ¡Por eso tienes que comer, querido! -le replicó su madre, acercándole el plato, después de hesitar por un momento-. Porque si no comes, no te vas a curar.
- ¡Pero, pero mamá! No tengo hambre, -reprochó el niño, apartando el plato-. Además, el doctor dijo que era incurable.
- ¡Ay mi amor! -clamó su madre, tropezando y dejando caer el plato de comida, al abalanzarse sobre su hijo para besarle la coronilla mientras que sus ojos se llenaban de lágrimas.

Fin.

1052 - La locura del cisne negro.

Sir Helder Amos | jueves, diciembre 08, 2016 |
En un día soleado, mientras observaba su reflejo en el lago, un majestuoso cisne negro llegó volando y se posó dulcemente sobre la calmada superficie del agua a tan solo un par de metros de distancia.

Anonadado por la belleza del animal, se preguntó por qué, en la actualidad, los cisnes negros son utilizados para representar locura y manía si, en realidad, son aves tan lindas que harían sonreír a cualquiera que posara sus ojos sobre ellas.

Sin embargo, el cisne negro, al ver que el joven sonreía y lo miraba fijamente, se le acercó nadando muy lentamente y, cuando estuvo lo suficientemente cerca, pegó un graznido y le picó ambos ojos, transformando su sonrisa y felicidad en llanto y sufrimiento.

Después de dejarlo ciego para siempre, el imponente cisne desplegó sus esplendorosas alas tan negras como la noche y se fue volando, surcando el brillante cielo azul como si fuera una sombra pasajera.

Fin.

1051 - El precio de los deseos.

Sir Helder Amos | martes, diciembre 06, 2016 |
Cuando el anciano estaba limpiando todos los artículos de su tienda de antigüedades, se sorprendió cuando la lámpara de aceite que tenía en sus manos se calentó y empezó a vibrar fuertemente al frotarla con el paño sucio con el que hacía sus quehaceres.

- Por haberme liberado, -clamó una voz desde la nube de humo que había salido de la lámpara-. Te concederé tres deseos.
- ¿Tres deseos? -preguntó el anciano, cerrando mucho los ojos para poder ver al genio que aparecía, lentamente, a medida que se dispersaba el humo y polvo que lo rodeaba.
- Sí, tres deseos, sin límites ni restricciones, solo dime lo que deseas y se te será concedido.

El anciano, sentándose en el piso, se puso a pensar en todas las cosas que le gustaría pedirle al genio: una mansión, un vehículo nuevo, unas vacaciones por las Bahamas, etc. Sin embargo, cuando volvió en sí y miró a su alrededor, vio su preciada tienda, un retrato de su amada familia y, considerando lo feliz que era su vida, dijo:

- ¿Sabes, genio? No deseo nada.
- ¿Estás seguro de tu decisión?-le preguntó el genio, sorprendido-. Lo más probable es que más nunca puedas tener otra oportunidad como esta en lo poco que te resta de vida.
- Sí, estoy seguro. Si algo he aprendido en todos los libros que he leído, las historias que he escuchado y las películas que he visto, es que todos los deseos que se le hacen a los genios de las lámparas vienen con terribles consecuencia.
- Muy sabia deducción, pero estás errado. Verás, -comenzó a explicarle el genio al anciano, sentándose a su lado-. No es que todos los genios concedemos deseos con terribles consecuencias, si no que, al igual que las cosas materiales, todos los deseos tienen un precio que hay que pagar para obtenerlos. El problema es que los humanos, al desear, solo lo hacen pensando en las cosas buenas y positivas que traerían sus deseos a sus vidas sin tomar en cuenta la parte negativa y las consecuencias que acarrearían; porque cada deseo representa un cambio, usualmente drástico, a vuestras vidas y la mayoría no quiere cambiar su vida, si no que aspiran todos los beneficios de sus deseos en su bien conocida rutina. Esto, sin mencionar que olvidan la dualidad del universo y el balance entre bien y el mal, lo bueno y lo malo; es por eso que muchos, para no decir todos, se decepcionan de sus deseos y han creado tales historias nefastas sobre nosotros los genios.
- Entonces, todo es cuestión de considerar lo bueno y lo malo de lo que deseamos y aceptar los cambios que estos traigan-concluyó el anciano, pensativo.
- Sí. No hay trucos, ni trampas, solo cambios. ¿Entonces, sabiendo esto, cambiaste de parecer? ¿Te gustaría pedir tus tres deseos?
- No, gracias -sentenció el anciano, seguro de sí mismo-. Prefiero seguir mi vida y ser feliz con lo que tengo.
- Está bien, -dijo el genio, poniéndose de pie, pero, al ver la cálida tienda de antigüedades y el amistoso rostro del anciano, le preguntó: "¿Puedo quedarme?"
- Sí, sí, sí, claro quédate el tiempo que quieras -le respondió el anciano con una gran sonrisa.

Y desde entonces, el genio vivió en la tienda de antigüedades de su gran amigo y lo ayudó en todo lo que pudo, sin que éste nunca le pidiera ni deseara nada.

Fin.

1050 - El genio claustrófobico.

Sir Helder Amos | domingo, diciembre 04, 2016 |
Cuando finalmente salió de la pequeñísima lámpara donde había pasado más de mil años encerrado, se lanzó sobre su salvador y, besándole los pies, le ofreció cumplirle tres deseos por haberlo sacado de su asfixiante prisión.

Fin.

VIDEO: 10 Microcuentos en 1 Minuto: Compilación de los Microrrelatos 1032 al 1039.

Sir Helder Amos | viernes, diciembre 02, 2016 |

Fragmentos de los Microcuentos 1032 - 1039, para leerlos completos puedes hacerlo a través de los siguientes enlaces:

1032 - El Demonio del Bosque: http://www.365microcuentos.com/2016/1...

1033 - Un Sueño de Amor: http://www.365microcuentos.com/2016/1...

1034 - La Tragaperras: http://www.365microcuentos.com/2016/1...

1035 - ¡Te Amo!: http://www.365microcuentos.com/2016/1...

1036 - El Perro Maravilla: http://www.365microcuentos.com/2016/1...

1037 - Medusa y el Basilisco: http://www.365microcuentos.com/2016/1...

1038 - El Príncipe de Fuego y la Montaña de Hielo: http://www.365microcuentos.com/2016/1...

1039 - El Microcuento de Halloween: http://www.365microcuentos.com/2016/1...

1049 - La gran muralla china.

Sir Helder Amos | jueves, diciembre 01, 2016 |
Cuando el viajero llegó a china, tuvo que interrumpir su periplo al encontrarse con aquella gran muralla en su camino, porque cada vez que pedía indicaciones para continuar su travesía, no entendía ni chin ni chan de lo que le decían.

Fin.