980 - Los huesos para los perros.

Cuando salió por primera vez de su tumba, el esqueleto se sentó sobre ella a pensar sobre su muerte; pero unos segundos más tarde, otro esqueleto se le acercó, corriendo y gritando:

- ¡¡¡CUIDADO CON EL PERRO!!! ¡¡¡CORRE!!!
- ¿Qué dices? ¡A mí me encantan los perros!
- ¡ESO ERA ANTES! -gritó el esqueleto, tomando a su nuevo amigo por su huesuda mano y jalándolo para que empezara a correr- ¡CORRE!

Fin.

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