953 - El tiempo es relativo.

- Vamos, preciosa, solo será una horita, y la vamos a pasar tan rico,  que te apuesto se va ir volando -le susurró el gordo, sudado y grasiento, al oído, mientras sacaba un fajo de billetes de su bolsillo.

- Está bien, mi gordo; pero solo una horita, porque ando ocupadita. -respondió la prostituta, tomando el fajo de billetes y guardándoselo entre los senos, mientras pensaba que se le avecinaba la hora más larga de su vida.

Fin.

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