949 - Las estatuas de hielo de debajo del puente.

Todos las mañanas, camino a la escuela, madre e hija pasaban por debajo de un puente donde vivían alrededor de cinco personas que no tenían hogar y, todos los días, la niña le pedía a su mamá un poco de cambio para darles a esas pobres personas que no tenían ni un centavo para comer.

Un mañana, después de una noche terriblemente fría, cuando la mamá y la hija pasaron por debajo del puente, una se quedó horrorizada, mientras que la otra se quedó encantada al ver cuatro majestuosas y realistas estatuas de hielo con forma de humanos en diferentes poses.

- ¡Wow! ¡Qué bellas, mamá! ¿Qué son? -chilló la niña.

- ¡No las toques! -gritó la mamá, al ver que su hija se acercaba a una de ellas para detallarlas mejor-. ¡No las toques! ¡Ven, dame la mano! No te acerques mucho.

- ¡Ay, mamá! ¡Me haces daño! ¡Suéltame! Quiero ver mejor esas figuras, ¿Qué son?

- No son nada. Nada -sentenció la mamá-. Solo son unas estatuas de hielo; parte de una nueva obra de arte en la ciudad.

- ¡Aaah! ¿Y... Mamá?  ¿Sabes qué se hicieron las personas sin hogar que solían vivir aquí?

- Los desalojaron -respondió, sagazmente, su madre-. Los desalojaron para poner esta nueva, majestuosa y realista obra de arte.

- Ah, qué bueno, yo pensé... -dijo la niña, perspicazmente.

- ¿Qué pensaste, querida? -preguntó la mamá, aterrada.

- No, nada. Nada -chilló la niña, negando con su cabeza-. Olvídalo, es una locura. Mejor nos apuramos, mamá, porque si no, llegaré tarde a la escuela.

Fin. 

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