587 - El cuervo averiguador.

Sir Helder Amos | martes, agosto 28, 2012 |
"¡¡¡AAAAHHHHHHHGGGG!!!"

Se escuchó un grito en el bosque, y todos los cuervos que reposaban en los árboles alrededores de donde se había producido el grito salieron volando asustados, bueno, todos los cuervos menos uno que se quedó posado en el árbol donde reposaba, con los ojos bien abiertos, tratanto de averiguar de donde provenia aquel grito y que lo había provocado.

Fin.

586 - A ella nunca le gustaron las rosas.

Sir Helder Amos | lunes, agosto 27, 2012 |

Yo una vez tuve una novia que era muy peculiar, y todos mis amigos me decían que ella era una perra mal agradecida, porque cada vez que le llevaba rosas, ella me las tiraba en la cara y me gritaba muy enfadada: “¡¿Cuantas veces tengo que decirte que a mi no me gustan las rosas?! ¡Eres un estúpido! ¡A mi me gustan son las orquídeas!” pero como yo la amaba, no me importaban sus desprecios y su ingratitud.

Hoy me enteré que ella murió ayer a causa de un infarto, por haberse enfadado con su novio actual; y para rendirle respeto a su memoria, asistí al entierro y le llevé un ramo de rosas a su tumba. Yo fui el único que se quedó hasta el final del entierro y vi, muy triste, como bajaban el ataúd y luego lo cubrían con tierra.

Antes de regresar a casa, coloqué el ramo de rosas sobre su tumba y mi ojo izquierdo soltó una única lagrima que expresaba mi tristeza; pero ese sentimiento quedó ahogado por la impresión que me causó ver el ramo de rosas elevarse en el aire desde la tumba y luego ser lanzado contra mi cara por una fuerza invisible.

Se me había olvidado otra vez...

Fin.

585 - El lienzo del corazón.

Sir Helder Amos | viernes, agosto 24, 2012 |
- ¿Por qué lloras?
- M-m-mi novio m-m-me de-dejó.
- No llores, te aseguro que pronto llegará otro pintor...
- A m-mi no me gustan los a-a-artistas.
- Lo sé, pero digo pintor porque mi abuela solía decir que el corazón era como un lienzo en blanco que es pintado poco a poco por las personas que llegamos a amar, y ahorita, con tus lagrimas, estás limpiando el lienzo que tu novio había pintado en tu corazón, dejándolo nuevamente en blanco y disponible para que, pronto, llegue otro pintor y pinte una obra maestra en el lienzo que es tu corazón.

Fin.

584 - Manejando en una noche neblinosa.

Sir Helder Amos | miércoles, agosto 22, 2012 |
Era muy tarde y yo estaba manejando a toda velocidad por la solitaria autopista, mientras cantaba y escuchaba a todo volumen mi canción favorita en la radio, no podía ver casi nada porque había mucha neblina; pero como estaba acostumbrado a pasar por esa autopista en la madrugada y siempre estaba desolada, no le presté mucha atención al poco rango de visión que la neblina me dejaba y seguí manejando a toda velocidad.

Cuando ya me faltaba muy poco para llegar a mi destino, la neblina se había espesado aún más y casi no podía no ver la carretera; pero seguí manejando a toda velocidad, y cuando bajé mi mirada un segundo para darle unos golpecitos a la radio que se había apagado misteriosamente y la subí para ver nuevamente la carretera, la vi...

Una mujer blanca como la nieve estaba parada con los brazos abiertos en medio de la autopista, confundiéndose entre la espesa neblina, con una larga cabellera dorada que le llegaba por la cintura y un camisón casi tan blanco como ella.

Muy asustado pisé el freno y cerré fuertemente los ojos esperando el impacto, iba conduciendo tan rápido que sabía qué por más que intentara frenar o esquivarla no lo lograría y que la atropellaría, la mataría...

Permanecí con los ojos cerrados por lo que parecieron horas, solamente escuchando el chirrido que producían los frenos al intentar detener el carro que iba a tan alta velocidad, esperando el sonido que produciría el golpe del cuerpo de la mujer contra mi carro; pero nunca sucedió y cuando el carro se detuvo por completo, la radio se prendió de nuevo y empezó a sonar tan fuerte que pegué un brinco en mi asiento y al abrir los ojos busqué algún rastro de la mujer mirando al frente y por los espejos retrovisores del carro; pero no vi ni rastro de ella y de la nada sentí la sangre helada y un frío terrible que me puso la piel de gallina; a pesar de que tenía la calefacción del carro encendida y sin pensarlo dos veces solté el pedal del freno y volví a pisar el acelerador a fondo...

Y esa es la historia que cuento cada vez que me preguntan por qué no me gusta manejar de noche cuando hay neblina.

Fin

583 - La espada de Damocles.

Sir Helder Amos | lunes, agosto 20, 2012 |
‘D-A-M-O-C-L-E-S' forjó Damocles en la hoja de su espada para que todo el mundo supiera que era de él.

Fin

582 - El Superpoder.

Sir Helder Amos | domingo, agosto 19, 2012 |
Cuando posó sus ojos sobre mi, me sentí tan rara, intimidada, fue como si él estuviera examinando cada milimetro de mi cuerpo con su mirada, como si él tuviera visión de Rayos X... Y luego me acordé: ¡¡¡Él si tiene visión de Rayos-X!!! Y sin decir más, me volví invisible.

Fin.

581 - Pacto con el diablo (banco)

Sir Helder Amos | viernes, agosto 17, 2012 |
- Firma aquí… aquí… aquí… y aquí, mañana tendrás el dinero disponible en tu cuenta, recuerda que tendrás que hacernos 60 pagos mensuales el día 6 de cada mes, y si quieres, dentro de dos años podemos darte una extensión para que puedas solicitar más dinero y cumplir todos tus sueños.

Fin.

580 - Confesión de amor.

Sir Helder Amos | martes, agosto 14, 2012 |
- Solo quiero decirte que me gustas mucho, que eres el chico más bello que he visto en mi vida, que me parece que eres perfecto y, pues, que te amo con todo mi corazón - le dijo Narciso al reflejo del espejo que sostenía con su mano.

Fin.

579 - Miedo escénico.

Sir Helder Amos | domingo, agosto 12, 2012 |
Después de haber practicado y hacerlo bien miles de veces detrás del telón; cuando salió al escenario y se imaginó a todo su público en ropa interior, le dio tanta risa que arruinó toda su presentación.

Fin

578 - La pitón solitaria.

Sir Helder Amos | sábado, agosto 11, 2012 |
Después de pasar tanto tiempo sola, cuando vio que un animal se acercaba a ella, se emocionó tanto que se arrastró sigilosamente hacía él y lo sorprendió lanzándosele encima por detrás, abrazándolo, muy feliz, con todas sus fuerzas, porque ya no iba a estar sola y finalmente iba a tener a alguien con quien hablar.

Fin.

577 - El tiempo pasa volando o En un abrir y cerrar de ojos.

Sir Helder Amos | viernes, agosto 10, 2012 |
Un segundo estaba mirando mi bello reflejo en el espejo, tan joven, refinado y delicado, y al otro, al pestañear, mi reflejo era feo, lleno de arrugas y sin gracia.

Fin.

576 - Seco pero muerto.

Sir Helder Amos | miércoles, agosto 08, 2012 |
 Cuando se desató la tormenta, corrió para refugiarse debajo un gran árbol para mantenerse seco, haciendo caso omiso del horrible recuerdo de su profesora de primaria con su pelo rubio enmarañado, sus dientes amarillos y separados y sus gafas rojas de pasta que hacían ver sus ojos tres veces mas grandes de su tamaño normal, que  decía con tono alarmadado: "Los arboles son los para-rayos de la naturaleza, cuando llueva, nunca, repito, NUNCA busquen refugio debajo de un árbol."

Y lo último que pensó antes de que un rayo cayera sobre él y el árbol donde se refugiaba fue: "Mi maestra si que estaba loca."

Fin.

575 - Lo importante es ganar.

Sir Helder Amos | martes, agosto 07, 2012 |
- ¡Por dos puntos, perdí por dos puntos!
- ¿Dos? Pensé que habías anotado 65 puntos y tu contrincante 66.
- Si...
- Bueno, entonces ¿por qué dices dos puntos? si perdiste por un punto...
- No, perdí por dos puntos, si hubiera anotado un punto mas hubiera empatado y yo no quería empatar,  NO, YO QUERIA G-A-N-A-R.

FIN.

574 - La promesa: el día que no lo prometió.

Sir Helder Amos | lunes, agosto 06, 2012 |
Todos los días antes de que su marido policía se fuera a la estación de policía le hacía prometer que regresaría a casa con vida, y éste, sin importar a que clase de peligro se enfrentara siempre lograba regresar a casa, no siempre sano; pero si a salvo.

Un mañana, después de una tormentosa noche llena de gritos e insultos que son comunes en la vida marital, ella no se despidió de su marido antes de que se fuera a la estación y por lo tanto no le hizo prometer la acostumbrada promesa.

Ese día al rededor del medio día el teléfono repicó y cuando ella lo escuchó el alma se le cayó al suelo, el teléfono nunca antes había repicado tan temprano, y rápidamente toda la ira y resentimiento que sentía en contra de su marido desapareció y dio paso a un sentimiento de desesperación y culpa...

“¿Por qué no le he hecho prometerme que regresaría a casa con vida como siempre lo hago?” Se preguntaba ella en su mente mientras el teléfono seguía repicando, “¿Por qué...?”

Fin.

573 - Un regalo regalado.

Sir Helder Amos | viernes, agosto 03, 2012 |
A tan solo tres días para el intercambio de regalos, no tenía ni la más remota idea de que podía comprarle a su amigo secreto, hasta que se acordó de aquel regalo que había recibido la navidad pasada y que nunca había usado, otra vez, el regalo sería regalado.

Fin.

572 - ¡EMERGENCIA TECNOLÓGICA!

Sir Helder Amos | jueves, agosto 02, 2012 |
¡¡¡¡Advertencia!!!
 A su equipo solo le quedan 10% de batería.

FIN.

571 - El bolígrafó del amor.

Sir Helder Amos | miércoles, agosto 01, 2012 |
Cuando se volvieron novios le regaló un boligrafó de tinta roja en representación del amor que sentía por ella, y con él escribieron muchas historias sobre las citas que habían tenido, los besos que se habían dado, las peleas y las reconciliaciones que habían tenido, los regalos que habían compartido el uno con la otra...

Hasta que de tantas historias que escribieron, el bolígrafo se quedó sin tinta y lo único que quedó del amor que se profesaban entre ellos fueron las historias que habían escrito con aquel bolígrafo de tinta roja; pero que al re-leerlas, parecía que estaban escritas con tinta negra.

Fin.