*** Uno Terrorífico ***

Sir Helder Amos | lunes, octubre 31, 2011 |

-¡Buhhhhhhhhhhh…!- dijo el fantasma de Canterville…

FIN.

Por José Manrique.

304 - Jack-O'-Lantern

Sir Helder Amos | lunes, octubre 31, 2011 |



Una vez al año, aquellas cabezas decapitadas con velas en su interior iluminaban su camino, que siempre estaba atestado de horribles monstruos cargando con bolsas llenas de dulces y caramelos.

Ese era el único día que sentía alivio, a pesar del miedo que le provocaban aquellos monstruos, porque se sentía guiado y no tenía que vagar perdido y sin rumbo fijo por los mundos.

FIN.

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303 - Domingo.

Sir Helder Amos | domingo, octubre 30, 2011 |



Entre visitar a sus padres, ir a la iglesia, hacer las compras y  tanto lavar, planchar, limpiar y acomodar, se le va el día sin poder descansar ni detenerse a pensar que mañana todo volverá a empezar.

FIN.

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302 - Sábado.

Sir Helder Amos | sábado, octubre 29, 2011 |



Empieza a lo que el reloj marca las 12:00 AM con trago en mano disfrutando la velada y despierta a las 12:00 PM con jaqueca y dolor de espalda. Tantas cosas por hacer, pero la resaca las retrasa.

FIN.

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301 - Viernes.

Sir Helder Amos | viernes, octubre 28, 2011 |



A pesar de estar levantado desde antes de que saliera el sol, y de pasar un largo día en su trabajo, su cansancio desapareció al ver a sus amigos caminar hacia tu puerta con botellas en sus manos. La diversión estaba a punto de llegar, como lo hacía puntualmente todos los viernes al anochecer.

FIN.

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300 - Jueves.

Sir Helder Amos | jueves, octubre 27, 2011 |



Emociones encontradas, faltaba tan poco para el fin de semana y a la vez faltaba tanto para que el día se acabara.

FIN.

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299 - Miercoles.

Sir Helder Amos | miércoles, octubre 26, 2011 |



Nunca conseguía estacionamiento y dejaba su carro atravesado en alguna esquina, interfería en conversaciones que no le competían y siempre le decían que se quitara del medio, a veces se preguntaba si tenía algo que ver con el día, sí eran meras casualidades o sí solo era alguna broma del destino.

FIN.

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298 - Martes

Sir Helder Amos | martes, octubre 25, 2011 |



Alegre por haber sobrevivido al primer día de la semana, pasaba su día mirando el reloj, esperando salir pronto de su trabajo, apenas dos días habían pasado y la semana se le había hecho eterna, pero ya faltaba menos para poder descansar un par de días.

FIN.

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297 - Lunes

Sir Helder Amos | lunes, octubre 24, 2011 |
 


El sonido de la alarma le taladraba los oidos, indicando que había llegado la hora de empezar la semana y con todo el cansancio que había dejado el domingo se levantó y volvió a su deprimente y aburrida rutina.

FIN.

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296 - Primer amor.

Sir Helder Amos | domingo, octubre 23, 2011 |



- Disculpa, ¿Helena?
- Si, ¿Nos conocemos?
- No creo que lo recuerdes, pero fuimos a la misma escuela juntos, yo soy Zacharías, Zack, el niño que siempre usaba la gorra roja hacía atrás.
- ¡Claro, Zacharias! ¿Cómo olvidarte? Sí tú eras el chico que me pegaba, me mordía, me acusaba con la maestra, me rompías los libros, me enviabas dibujos feos, me llamabas nerd, me insultabas y hasta recuerdo que una vez metiste una de mis trenzas en tempera e intentaste cortarla.
- Jeje - dijo Zacharias sonrojándose - sí, ese mismo soy yo.
- Bueno, en ese caso, no me alegra verte, adiós.
- ¡ESPERA! Todavía me gustas.

FIN.

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295 - Curado.

Sir Helder Amos | domingo, octubre 23, 2011 |



Ahí viene mi amigo George, que bueno verlo con una sonrisa en la cara, tenía mucho tiempo que no lo veía sonreír, desde que lo atacó la depre, creo,  lo saludaré.

- ¡Epale George!
- ¡Hola!
- ¿Cómo estás?
- Bien, bien, ¿tú?
- Excelente, veo que estas sonriendo, me gusta ver que estás un poco feliz, tu sabes por todo eso de tu enfermedad y la cosa, pensé que más nunca volvería a verte sonreír y a estar feliz de nuevo.
- Gracias, amigo, y ¿Sabes una cosa? Te prometo que más nunca me verás triste ni mucho menos deprimido.
- ¡Qué bueno! Me alegra mucho que estés tan positivo, más te vale que cumplas y que mantengas tu promesa ¿Eh?
- Claro, tu sabes que yo soy un hombre de palabra; ¡Pero mira la hora! Discúlpame, pero tengo que correr, tengo una cosa importantísima de hacer.
- Vale, George, no te quito más tiempo, en serio me gustó verte mejor.
- ¡Gracias! Chao.

Me alegra mucho que George esté mejorando, todavía no entiendo porque los hombres buenos e inteligentes como él tienen que sufrir tanto en esta vida.

***

No puedo creer que George esté muerto, ¡Si yo lo vi tan bien ayer! ¿Será que la cosa tan importante que tenía que hacer era eso? ¿Como no pude prever que era eso lo que iba a hacer? ¡Es que se veía tan bien, carajo!

FIN.

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294 - El cojo.

Sir Helder Amos | viernes, octubre 21, 2011 |



Después de un largo día de montarse y bajarse de cuán bus se cruzara en su camino, regresaba a casa contando las monedas con que los pasajeros le habían colaborado, con una botella de ron debajo del brazo y con un terrible dolor de piernas de tanto fingir su cojera.

FIN.

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293 - El Espantapájaros.

Sir Helder Amos | viernes, octubre 21, 2011 |



Pasaba todo el día clavado en el sembradío de maíz, temeroso de que algún día los cuervos descubrieran su secreto y decidieran dejar su lugar de vigilancia en las copas de los arboles  para atacar sus dominios, porque sabía que no dejarían nada y que él no podría hacer nada.

FIN.

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292 - Proyecto CO-9: Criminal Curado.

Sir Helder Amos | jueves, octubre 20, 2011 |




Informe Técnico.

Todo trazo de maldad y anti-sociabilidad han sidos eliminados y el paciente ha sido re-insertado en la sociedad; a pesar de que todavía presenta algunos estigmas de su pasado y del procedimiento.

- Justo antes de dormir se vienen estas imágenes borrosas a mi cabeza que me confunden, no se si son recuerdos o sueños, pero siempre son las mismas, mis manos bañadas de sangre, doctores atándome a una silla, un interruptor y una luz azul cegadora, pero cuando trato de aclarar estas imágenes en mi mente me siento enfermo y exhausto, así que he dejado de intentarlo y he aprendido a ignorarlas, sin embargo, me gustaría mucho poder recordar mi pasado.

FIN. 

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291 - Anticuado.

Sir Helder Amos | martes, octubre 18, 2011 |



En las últimas vacaciones fuimos a la anticuada casa de campo de mi abuelo, allí había un reloj anticuado, una televisión anticuada, un cuadro anticuado, un juego de comedor anticuado, una cocina anticuado, una recamara anticuada y mi abuelo, quien me vio jugando en mi Laptop y me regañó diciendo que en sus tiempos, los verdaderos juegos se jugaban al aire libre y con personas reales.

FIN.

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290 - El anillo maldito.

Sir Helder Amos | martes, octubre 18, 2011 |



Lo encontró en una cajita enterrada en el parque con una nota que le advertía de su maldición, pero sin prestarle mucha atención y  fascinado por la belleza del anillo, se lo colocó en su dedo indice, murmurando por lo bajo lo crédula y supersticiosa que podía ser la gente.

Desde entonces, una serie de catastróficas desdichas arruinaron su vida: el divorcio, la perdida de su empleo, la muerte de sus padres, le diagnosticaron enfermedades terminales, el incendio de su casa, la bancarrota...

El anillo ahora reposa en las profundidades del océano.

FIN.

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289 - Siguiendo consejos.

Sir Helder Amos | domingo, octubre 16, 2011 |



Cuando era niño, el creador de la primera maquina del tiempo recibió una visita de su versión adulta, quien le advirtió que en vez gastar su tiempo en crear una maquina del tiempo, debería inventar una forma de huir del planeta, porque el futuro era un desastre donde los humanos se cazaban y comían unos a los otros, donde el agua potable se había acabado, donde todos los bosques se habían deforestado y donde...

Pero no había terminado de dar su advertencia, cuando la versión adulta del creador de la maquina del tiempo cayó muerta en suelo, desvaneciéndose segundos después en un haz de luz cegadora.

FIN.

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288 - La bomba.

Sir Helder Amos | sábado, octubre 15, 2011 |



... 5 ... El sudor corría por mi frente.
... 4 ... El tiempo se acababa.
... 3 ... Espera un poco más.
... 2 ... Prepárate y...
... 1 ... ¡LISTO AHORA!
     1      .....................

Y salvé al mundo de la gran contaminación sónica que provocaría el microondas al anunciar que mi comida estaba lista.

FIN.

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287 - Emergencia Pasional.

Sir Helder Amos | sábado, octubre 15, 2011 |



Emocionada porque había salido del temprano del trabajo, Elise corrió a casa para prepararle una sorpresa a su querido esposo, a quien encontró en su cama, desnudo, navegando entre las piernas de su propia hermana, sin ser notada y llena de ira, Elise fue hasta el invernadero y rompió el vidrio que protegía aquella hacha roja que debía ser usada solo en casos de emergencias.

FIN.

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286 - El corazón salvaje.

Sir Helder Amos | jueves, octubre 13, 2011 |



Había una vez una princesa que, para protegerse del sufrimiento del amor, escondió su corazón en el más recóndito rincón de la selva, donde éste creció como un salvaje que asesinaba y devoraba a cualquier caballero que intentara, por las buenas o por las malas, domarlo.


Hasta que un día, una damisela descuidada, que se había perdido en el bosque de regreso a casa, se encontró con el corazón salvaje de la princesa y, con todo el cariño, amor y delicadeza que solo una mujer le podría brindar, logró domarlo y, al regresar al pueblo, con el corazón bajo su dominio, la princesa se enamoró perdidamente de ella y pronto el pueblo fue dirigido por dos bellas e inteligentes reinas; sin embargo, cuando los pueblerinos escucharon la noticia, tomaron el castillo y quemaron en la hoguera a sus soberanas por razones que ellos no podían entender ni aceptar.

Fin.

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285 - Un muerto en la ciudad.

Sir Helder Amos | miércoles, octubre 12, 2011 |
Tirado en medio de la calle,
veía como la gente se reunía a mi alrededor,




"¡Llamen una ambulancia!" Pensaba yo,
sin poder pronunciar una palabra debido al dolor,
"Debe ser un drogadicto" logré escuchar,
a la gente murmurar sin parar, 
en vez de ponerse a ayudar, 
y a una ambulancia llamar,
antes de que mi infarto me termine de matar.

FIN.

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284 - En el salón de clases.

Sir Helder Amos | martes, octubre 11, 2011 |


Hora 1: 05 Pm:

- La segunda guerra mundial ... 1939 ... Europa ... los Nazis ... Estados Unidos ... Hiroshima  ... 1945.

Hora: 1:10 Pm:

Los alumnos piensan: "Está clase si es aburrida y se ha hecho larguísima, siento que fue como hace media hora que vi el reloj y apenas han pasado cinco minutos".

La profesora piensa: "¡Dios mio! He hablado y hablado como una loca y apenas han pasado cinco minutos, ¿será qué no voy a acabar de dictar esta clase nunca?"

FIN.

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283 - Mientras el Pasado se Suicidaba.

Sir Helder Amos | lunes, octubre 10, 2011 |



Corría el futuro, incansable e imparable para que el presente no lo alcanzara.

FIN.

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282 - La raza civilizada.

Sir Helder Amos | domingo, octubre 09, 2011 |
     

 
 Se jactan de ser una raza civilizada, pero no dan agua al sediento si no obtienen algo a cambio, venden  su dignidad por drogas, sexo y alcohol, se desprecian, se engañan,  se degradan  y  se matan unos a otros.

      ¡Vaya eso si es civilizado!

FIN.

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281 - Gelatina.

Sir Helder Amos | sábado, octubre 08, 2011 |



Mientras comía gelatina, se daba ligeros golpes en su gran barrigota, haciendo una competencia para ver cual de las dos dejaba de tambalearse más rápidamente.

FIN.

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280 - El crimen del Padre avaro.

Sir Helder Amos | viernes, octubre 07, 2011 |



Al contar las pocas monedas con las que sus feligreses colaboraban en las colecta, el Padre se ingenió una manera un poco pecaminosa de solucionar aquel grave problema.

El domingo siguiente, mientras el Padre profesaba la palabra del Señor, un joven encapuchado y armado entró en el templo gritando: "¡ESTO ES UN ATRACO!" y el Padre sin sorprenderse ni alarmarse por la situación dijo muy calmadamente:

- Hermanos míos, por favor no entren en pánico y colaboren con este Joven que se ha desviado del camino del Señor y recuerden que nuestras vidas son más importantes que cualquier bien material, que Dios siempre sabe por qué hace las cosas y que quizás, en el futuro, repondrá y multiplicará todo lo que hayan perdido hoy.

FIN.


279 - La llegada del otoño.

Sir Helder Amos | jueves, octubre 06, 2011 |



No fue hasta el final del verano que el último capullo retoñó en una hermosa flor, así que todo el árbol lo celebró con una gran fiesta que duró toda la noche, y a la mañana siguiente, las flores y las hojas, cansadas, resacadas y casí marchitas por tanto celebrar, empezaron a caerse una a una.

FIN.

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278 - El juguete de baterías.

Sir Helder Amos | miércoles, octubre 05, 2011 |



El niño jugó y jugó con él hasta que sus luces se apagaron y sus baterías se agotaron. Ahora lleva meses, quizás años, reposando en el rincón de la habitación cubierto de polvo y telarañas.

FIN.

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277 - La piedra en el camino.

Sir Helder Amos | martes, octubre 04, 2011 |



Todos los días pasaba por el mismo camino donde yacía una piedra con la cual siempre tropezaba; pero debido a que siempre estaba ocupado y distraído, nunca se detuvo para quitarla del medio, ni mucho menos se tomaba la molestia de esquivarla, así que todos los días se tropezaba con la piedra.

Un día, al tropezar, perdió el equilibro y cayó de bruces contra el pavimento, fracturándose el cráneo y muriendo instantáneamente y la piedra que presenció todo lo acontecido, se destornilló de la risa y se movió un poco para ver si podía hacer caer a la mujer de tacones rosados que todos los días pasaba por su lado.

FIN.

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276 - El nuevo Rey.

Sir Helder Amos | martes, octubre 04, 2011 |



Tras la muerte del Rey, la Princesa anunció que se casaría con aquel Hombre que sobresaliera a una prueba que ella les impondría en los próximos días, convirtiéndose así en el nuevo Rey.

Todos los Caballeros, Campesinos y Criados tomaron sus espadas y armaduras, y empezaron a entrenar y a prepararse para optar para el cargo, entusiasmados por un posible combate que demostraría a los demás quien era el mejor y más fuerte hombre del Pueblo.

El día de la prueba, todos los hombres vestían armaduras relucientes y pulcras, cargando con espadas tan afiladas que podrían cortar el viento, pero tanto entrenamiento, armaduras y espadas de nada les sirvió, porque a lo que la Princesa anunció desde su balcón que la prueba mediría su inteligencia, solo el erudito del pueblo que solo vestía una túnica raída se emocionó.

FIN.

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